El avispón oriental (Vespa orientalis) está generando gran preocupación entre los apicultores andaluces. En los últimos cuatro años, esta especie invasora ha expandido su presencia en Cádiz, Málaga y el sur de Sevilla, extendiéndose además a provincias como Córdoba, Huelva, Granada y Jaén. Su aparición inicial en Andalucía se registró en 2018, cuando, aparentemente, llegó en un carguero que atracó en el puerto de Algeciras.
Estos insectos construyen sus nidos, del tamaño aproximado de una pelota de golf, en lugares protegidos como bajo tierra, estructuras, contenedores y vehículos estacionados, lo que dificulta su control.
Impacto en la apicultura andaluza
Antonio Vázquez, responsable de apicultura en COAG-Andalucía, explica que la invasión afecta especialmente a zonas como el Campo de Gibraltar, el valle del Guadalhorce, el valle del Genal, la Serranía de Ronda, Málaga capital y el sur de Sevilla, donde ya existen miles de nidos. Si no se frena su avance, Vázquez estima que podrían sumarse 400 o 500 nidos cada año.
Esta especie depreda colmenas, ya que se alimenta de abejas y néctar, además de capturar abejas para alimentar a sus larvas con proteína animal. Esta actividad, concentrada sobre todo en los meses finales del verano y en otoño, debilita las colmenas progresivamente, llegando a destruirlas. Se recomienda a los apicultores reducir el tamaño de las entradas de las colmenas para dificultar el acceso del avispón y evitar dejar restos de miel tras la extracción, a fin de no atraerlos.
Según Vázquez, en las áreas de mayor presencia de esta especie, como Málaga y Cádiz, aproximadamente el 50% de las colmenas, unas 90,000, han sido afectadas. De estas, entre el 20% y el 30% (unas 30,000) se encuentran muy debilitadas, lo que ha provocado una caída del 20% en la producción de miel. La apicultura ya estaba siendo afectada por factores como la sequía y la entrada en el mercado de mieles adulteradas, problema que preocupa también en el resto de España.
El responsable de apicultura de COAG-Andalucía advierte que muchas colmenas no lograrán sobrevivir al invierno si no se controlan estos avispones. Para que una colonia resista el frío necesita alcanzar un mínimo de abejas que puedan generar el calor necesario, de lo contrario, mueren al no poder superar temperaturas de 30 a 32 grados.
Críticas a la Consejería de Medio Ambiente por falta de respuesta
Vázquez critica la falta de acción por parte de la Consejería de Medio Ambiente. COAG-Andalucía solicitó en octubre una reunión a nivel regional para abordar el problema, pero aún no ha recibido respuesta. Solo se ha celebrado un encuentro en Málaga, donde la Delegación de Medio Ambiente se comprometió a formar un grupo de trabajo para abordar la crisis. Se espera que este sábado, en el marco de Expomiel en Antequera, el director de Política Forestal y Biodiversidad, Juan Ramón Pérez, presente algunos avances al respecto.
Desde COAG-Andalucía, se reclama una estrategia clara y protocolos de actuación específicos para eliminar los nidos, que actualmente solo pueden ser removidos en espacios públicos por los bomberos. En zonas privadas, esta responsabilidad recae en los propietarios, quienes también deben otorgar permiso para cualquier intervención. COAG insta a las autoridades a establecer protocolos concretos y a promover investigaciones sobre la biología del avispón oriental, para identificar métodos de control efectivos y respetuosos con el medio ambiente. Asimismo, solicitan que las colmenas afectadas no pierdan las ayudas europeas, para las que se exige un mínimo de producción, y exigen compensaciones por las pérdidas económicas que enfrentan los apicultores.
Riesgo para la salud pública
Uno de los puntos que más preocupa a los apicultores es el riesgo que representa el avispón oriental para la población. Si bien estos insectos no suelen atacar a menos que se sientan amenazados, sus picaduras son dolorosas y pueden provocar reacciones alérgicas. Además, se adaptan fácilmente a entornos urbanos, lo que aumenta la probabilidad de que entren en contacto con personas. Vázquez alerta de que si no se controla su expansión, podrían producirse muertes. Recuerda el caso de la avispa asiática (Vespa velutina), que ha provocado ocho muertes en el norte de España, y aunque su picadura es más peligrosa que la del avispón oriental, la amenaza sigue siendo grave.
Algunas anécdotas muestran el riesgo potencial de esta especie: en el Puerto de Santa María, un agricultor fue atacado mientras trabajaba, y solo se salvó gracias a que estaba dentro de la cabina cerrada de su tractor. En otro incidente, un pastor perdió a una cabra tras sufrir el animal múltiples picaduras.
Impacto en el medio ambiente y la agricultura
El avispón oriental también supone un riesgo para el ecosistema, ya que ataca a otros insectos y compite por alimento con aves insectívoras. Su afición por el azúcar hace que también ataque frutas como mangos, uvas e higos, afectando así a los cultivos.
Vázquez advierte que la presencia de este avispón no solo afecta a los apicultores, sino que puede poner en riesgo a senderistas, cazadores y cualquier persona que disfrute de actividades al aire libre, además de impactar negativamente en el turismo. Los avispones orientales se sienten atraídos por restos de pescado y algas, lo que podría ser una molestia en las playas.
La falta de una estrategia clara y de acciones coordinadas pone en peligro no solo la apicultura en Andalucía, sino también la seguridad y el bienestar de la población.
Imagen de: Dpto. Infografía. Fuente: COAG Andalucía