El mundo de las abejas ha intrigado al ser humano desde siempre. Estos insectos recolectan néctar de las flores y lo transforman en miel que almacenan en los panales. Los científicos, al estudiar su comportamiento y el de otros polinizadores, han descubierto que su conducta es increíblemente compleja, comparándola a una máquina perfecta. Investigaciones recientes revelan sorpresas, como su capacidad para reconocer rostros humanos. Pero, aún más interesante es que las abejas toman decisiones irracionales, al igual que los humanos cuando compran. Claire Hemingway, investigadora de la Universidad de Tennessee, explica que estos insectos, pese a su inteligencia, no siempre eligen las mejores opciones.
Hemingway ha hallado sorprendentes similitudes entre las decisiones de las abejas y las humanas. Al igual que nosotros cuando vamos al supermercado y elegimos entre distintos productos, las abejas se enfrentan a vastos campos llenos de flores diferentes. A pesar de su capacidad para analizar la calidad del néctar y el polen, sus decisiones no siempre son racionales. Por ejemplo, un experimento demostró que los abejorros entrenados para asociar el color azul con un néctar de alta calidad eligieron flores amarillas cuando el néctar era de calidad media en ambas, mostrando cómo las expectativas pueden influir en su comportamiento.
Aunque no todas las especies de abejas tienen la misma capacidad de elección, los estudios sobre el comportamiento de estos insectos son valiosos. Los investigadores creen que podrían manipularse sus preferencias para dirigirlas hacia cultivos específicos. Aunque algunos expertos advierten sobre la humanización de estos comportamientos, consideran que las investigaciones actuales sobre las abejas aportan grandes avances en el entendimiento de su conducta y su capacidad de adaptación.