La investigación advierte que los micro y nanoplásticos causan daños en las abejas, lo que podría afectar la polinización y, en consecuencia, la producción agrícola.
Las partículas plásticas en tamaños micro y nano están contaminando cada vez más tanto áreas urbanas como rurales, exponiendo a las abejas y a otros insectos beneficiosos a su contacto. Si los insectos ingieren partículas de plástico presentes en el aire o los alimentos, estas pueden dañar sus órganos y alterar su comportamiento, afectando así su capacidad para realizar funciones clave del ecosistema como la polinización y el control de plagas. Por lo tanto, la contaminación por plásticos representa un riesgo considerable para la biodiversidad, la producción agrícola y la seguridad alimentaria mundial, según un reciente estudio publicado en Nature Communications, llevado a cabo por un equipo de investigadores internacionales.
Los microplásticos miden entre un micrómetro y cinco milímetros, mientras que las partículas de menor tamaño se denominan nanoplásticos. Aunque los efectos dañinos de estas partículas en el agua y en ciertas especies están bien documentados, no existían revisiones exhaustivas sobre su impacto en los ecosistemas agrícolas. Para abordar esta falta de información, los autores del estudio recopilaron y resumieron 21 investigaciones previas, centrándose en cómo los insectos polinizadores y otros insectos beneficiosos entran en contacto con los micro y nanoplásticos y las consecuencias que su ingestión tiene para ellos, los ecosistemas dependientes de sus servicios y la producción agrícola.
En su análisis, los investigadores identificaron diversas fuentes de microplásticos que terminan en suelos agrícolas, como plásticos de uso agrícola, fertilizantes, agua contaminada y deposiciones atmosféricas. Estas partículas se acumulan en el suelo, y los insectos polinizadores y de control de plagas las ingieren del aire, de los alimentos o las utilizan para construir nidos.
Impacto directo en la producción agrícola: El estudio señala que cuando las abejas ingieren microplásticos, pueden sufrir daños en su sistema digestivo, un debilitamiento de su sistema inmunológico y alteraciones en su comportamiento. Esto las hace más vulnerables a enfermedades, lo que reduce su eficiencia en la polinización de plantas.
«Hemos encontrado microplásticos en el intestino de las abejas y observamos que las abejas silvestres los utilizan para construir sus nidos. Es urgente investigar cómo interactúan estos plásticos con otros factores de estrés, como el cambio climático, en las abejas y sus servicios de polinización», comenta la Dra. Alexandra-Maria Klein, coautora del estudio y profesora de conservación y ecología del paisaje en la Universidad de Friburgo, Alemania. La reducción en los servicios de polinización impacta directamente en el rendimiento de los cultivos. Así, la contaminación por plásticos podría agravar las incertidumbres en el suministro global de alimentos, advierten los investigadores.
Interacción con otros factores ambientales: Además, los micro y nanoplásticos aumentan las amenazas de otros factores de estrés ambiental, tales como pesticidas, contaminación química, hongos y patógenos. Algunas áreas se convierten en “puntos críticos” donde las partículas plásticas interactúan con virus dañinos. Estas interacciones pueden tener efectos graves sobre los polinizadores y, en consecuencia, sobre la estabilidad del sistema alimentario.
Sin embargo, los investigadores señalan ciertas limitaciones en su estudio. Por ejemplo, aún existen pocos datos sobre polinizadores clave y otros insectos beneficiosos como los abejorros y las mariquitas. Tampoco se dispone de suficiente información para diferenciar los efectos según el tamaño y la cantidad de microplásticos. Se requieren más estudios para comprender mejor la creciente problemática de la contaminación plástica y buscar soluciones efectivas. “Lo que sí es evidente hoy en día es la necesidad urgente de una regulación política sobre la contaminación plástica”, concluye Klein.