Esta especie, originaria de Asia, ha establecido una colonia en Malta, lo que ha generado preocupación entre científicos e investigadores por su posible impacto en las abejas nativas.
En Malta se ha descubierto una colonia de abejas enanas rojas, la primera de esta especie en Europa. Tras el hallazgo de la colonia, compuesta por unas 2.000 abejas, se realizaron pruebas y análisis de ADN para confirmar su identidad.
La especie identificada es Apis florea, también conocida como abeja enana roja. Aunque es nativa de Asia, recientemente ha comenzado a expandirse hacia Oriente Próximo y el noreste de África, sin haber llegado antes a Europa. Según Francis Ratnieks, un entomólogo británico y profesor emérito de apicultura en la Universidad de Sussex, quien no participó en la investigación: «Si está en Malta, es la primera vez que una abeja melífera distinta de la Apis mellifera occidental aparece en Europa.»
¿Cómo llegaron las abejas enanas rojas a Malta?
La colonia fue localizada cerca del puerto franco de Birżebbuġa, el principal puerto de carga de Malta, lo que sugiere que estas abejas podrían haber llegado en algún barco. Juliana Rangel, profesora de apicultura en la Universidad A&M de Texas, señala esta ruta como «una de las principales y más rápidas» a través de las cuales estos insectos pueden ser transportados a regiones fuera de su área de origen.
Rangel también menciona que el aumento de las temperaturas y la crisis climática son factores importantes en estas migraciones. Esto hace que algunos países del sur de Europa, como Malta, sean adecuados para la supervivencia de esta especie debido a sus inviernos suaves. Por ejemplo, la abeja enana roja también se encuentra en Israel. Ratnieks, por su parte, comenta que «si puede vivir en Israel, me atrevería a decir que podría prosperar en Malta.»
Juliana Rangel advierte que esta especie podría expandirse a otras áreas del Mediterráneo en pocos años, dada la proximidad entre las islas y el continente. Para proteger la biodiversidad, recomienda mantenerse alerta, reportar avistamientos inusuales, retirar ejemplares identificados y reforzar la vigilancia en los puertos de entrada, donde los enjambres podrían llegar en barcos.
